"La Alquitrana" Primera refinería de Venezuela, ubicada en Rubio, Estado Táchira, donde comenzó a escribirse la historia del petróleo en este país en el año 1878, con la Compañia Petrolia del Táchira.
La imagen es encontrada en una publicación llamada "El Farol" de fecha 1955, editada por la Creole Petroleum Corporation, en donde aparece en la portada de la revista, esta imagen de la obra realizada por el artista texano Bob Wygant.
“Los primeros informes sobre
operaciones de refinación en escala comercial en Venezuela son los de la Compañia
Petrolia del Táchira, en el estado del
mismo nombre, establecida en 1778 sobre una concesión de 100 hectáreas ubicadas
a 10 kilómetros de Rubio y a 25 de San Cristóbal.
La nueva actividad despertaba la curiosidad
de los campesinos, acostumbrados solo a cultivar la tierra y a cuidar el
ganado. Aquella extraña maquinaria abriría profundos huecos en la tierra, para
sacra un aceite negro parecido al que brotaba de algunos manantiales cercanos. Enfundados
en su típica ruana y con el asombro grabado en el rostro, iban a ver por las
tardes a aquellos hombres empeñados en hacer un trabajo rarísimo.
La Petrolia empezó a actuar ese
mismo año. Se levanto una cabria triangular de 24 pies. Una rueda hidráulica de
16 pies accionaba un rudimentario equipo de perforación que en continuo
movimiento percutorio abría un pozo de 6 pulgadas de diámetro. Así lograron
abrir 5 pozos, dos de los cuales (Uraca y El Salvador) continuaban produciendo
para 1924. Como no disponían de bombas era necesario esperar que los pozos se
llenaran por flujo natural para luego transportar el petróleo en cubos de 5
galones hasta un pequeño estanque situado en la parte mas alta del terreno. De aquí
bajaba el petróleo por una tubería de 300 pies de largo hasta la refinería.
Para 1924, la planta refinera, un
rudimentario equipo de destilación primaria, tenía ya dos alambiques, de 400
galones (uno para gasolina y otro para kerosén) y otro de 200 galones para
residuos, formaban lo que podría llamarse el patio de almacenaje.
Veintiún días transcurrían para
llenar el único alambique de 600 galones que en realidad funcionaba. Luego comenzaba
el proceso de destilación que duraba 16 horas. Un solo hombre atendía la planta
durante el proceso, alimentando el horno con leña o carbón o bien atendiendo a la
limpieza de los estanques.
No había torre de destilación. La
instalación refinería en sí constaba de una caldera de cuyo tope salía un tubo
de 4 pulgadas de diámetro que giraba en espiral al atravesar un condensador e
iba a dar a los depósitos. Generalmente se obtenían 60 galones de gasolina, 165
de kerosén, 150 de carbolina (gas oil) y 220 de residuos. El kerosén se lavaba
con ácido sulfúrico y soda caústica, agitándolo con una pequeña bomba de aire
accionada a mano para removerlo convenientemente.
La verdad es que la gasolina era
demasiado liviana, sobre todo si se le compara con la que se usaba en Trinidad
para esa misma época. El kerosén tenía un punto de inflamabilidad
peligrosamente bajo, pero con todo tenía gran demanda por producir una luz muy
brillante que no dejaba humo. La carbolina era también muy utilizada para el
alumbrado. Con respecto a los residuos, se les destinaba a la pavimentación de
patios y entradas de las casas.
Los mercados de consumo de la
gasolina y el kerosén eran Santa Ana y Rubio, pero cuando en esta ultima ciudad
se inauguró una planta eléctrica el
consumo de kerosén se vino al suelo inmediatamente.
La refinería fue decayendo poco a
poco. En 1934 apenas se refinaban 15 barriles de kerosén que consumían los caseríos
vecinos. Decaían las perspectivas comerciales y se necesitaban grandes
capitales para darle nuevas fuerzas.
Simultáneamente renacían en otros
puntos del país la actividad refinera. En 1900 la Compañía Val de Travers
instaló en Pedernales, Territorio Delta Amacuro, una pequeña planta para
procesar el asfalto proveniente de los menes cercanos. En 1917 se inauguró la
refinería de la Caribbean en San Lorenzo y en 1931 la Creole instalaba otra en
Caripito.
Al terminarse la Segunda Guerra
Mundial, la refinación comenzó a alcanzar cierta madurez en Venezuela. Para 1950
ya se habían construido cuatro nuevas refinerías importantes: las de Amuay y
Punta Cardón, en al Península de Paraguaná, y las de Puerto La Cruz y El Chaure
en el estado Anzoátegui.
Ya esta industria había experimentado
un cambio fundamental puesto que, además de suplir ampliamente las necesidades
del mercado nacional, la mayor parte de los productos era destinada a mercados
del exterior, donde se distribuye en unos cincuenta países.
A pesar de el adelanto alcanzado
hoy, queda en el recuerdo de los venezolanos el funcionamiento de aquella
rudimentaria refinería, punto de partida de una industria que avanza al ritmo
de las mas adelantadas del mundo.”
“Texto tomado de la revista “El Farol” N° 156 febrero 1955, editada por
Creole Petroleum Corporation
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Bob Wygant artista norteamericano, tejano de nacimiento
y estrella de fútbol durante sus años universitarios
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Acuarela por Bob Wygant, muestra el pozo petrolero Alturitas N°2. Portada de la revista "El Farol" agosto 1954 |