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miércoles, 21 de marzo de 2012

AMANECER


"AMANECER"




Cúpula de la iglesia San Juan Bautista "La ermita", al fondo perfil de la iglesia del Perpetuo Socorro "El Santuario"


“AMANECER”, es un paisaje urbano idealizado, en donde se han retratado cinco elementos arquitectónicos, representativos de la ciudad de San Cristóbal. Se distribuyeron en la composición, de tal manera para crear una perspectiva que le diera profundidad al cuadro, ubicando en primeros planos, los detalles de la cúpula y el conjunto escultórico de San Juan Bautista a la derecha del plano, y las torres de San José a la izquierda; luego en un segundo plano los templos del Santuario y El Ángel, dejando al fondo y al centro la imagen de la Catedral.
Se imagino un contexto “verde” en donde ubicar los elementos arquitectónicos, para dar importancia al elemento vegetal, como componente vital, en el diseño urbano, tratando de llamar a la reflexión, para que se conserven y protejan estos elementos, pues vienen a ser los pulmones de todo asentamiento humano, así como elemento “balsámico” para la mente y el espíritu, y para el mismo cuerpo físico, dada su función en la naturaleza, de producir el oxigeno que respiramos, de refrescar el ambiente, de darnos sombra protectora, y paisaje a nivel visual contribuyendo con  la salud psíquica y espiritual. Comprobado está, que un retiro de sanación integral es más eficiente, en lugares donde la naturaleza ocupa un lugar protagónico.
Se tomo la hora del amanecer, el alba, como tema principal, pues viene a simbolizar “el primer paso hacia la transformación de la vida, pues es el momento cuando los organismos concentran toda su energía después del descanso”. Es el momento cuando las sombras de la noche se desvanecen, dejando sobre los cuerpos, trazos de azules, violetas y frías atmosferas, dando entrada a la luz del sol, con toda su fuerza sobre la materialidad terrena, tiñendo primero de cálidos rosas las nubes, seguidos por toda la paleta del creador, posándose cada color sobre el objeto elegido, despertando las aves celestes, para traernos mensajes con su lenguaje asociado con el habla de los dioses, apuntando hacia el conocimiento espiritual, tratando de dejar huella en la materia terrenal, buscando el equilibrio en nuestra dualidad existencial de ser materia y energía, cuerpo y espíritu, generando cambios en la vida, mas allá de los convencionalismos que dominan la cotidianidad con su fuerte dosis de principio de realidad.



martes, 20 de marzo de 2012

Virgen de la Consolación de Táriba


Año 2011
“Dios te salve, espíritu purísimo de Nuestra Señora de la Consolación, mensajera de luz y de paz, que velas por nosotros, hazlo también te rogamos, por la Naturaleza que está amenazada.  Por el aire, por el agua, por la tierra y por el fuego de las estrellas, pues son los pilares de nuestra existencia. Gracias por tu infinito amor sublime, bendícenos en el nombre de Dios todopoderoso, Amén." 
Recrear la imagen de la Virgen de la Consolación de Táriba, o alguna otra imagen religiosa, es, por un lado, rescatar y conservar parte de las tradiciones culturales de un pueblo, darlas a conocer, proyectarlas, así como destacar los valores y principios formativos que representan dicha imagen.
Por otra parte, conlleva el sentir religioso del artista, su misticismo, su visión de lo sacrosanto, de la “Divinidad”, que aunque no halla sido probada científicamente, se sospecha, se intuye y se vive íntimamente, como ha sucedido siempre desde que “el hombre”, la especie humana, se ha manifestado sobre la faz de la tierra desde tiempos remotos. Desde la época de las cavernas, la especie humana manifestó su creencia en algo que estaba mas allá de lo físico, en una fuerza sobrenatural, a la que dio nombres y formas distintas, dependiendo del grupo humano en cuestión, de su cultura, de su ubicación geográfica y de su ubicación en el tiempo.
Comenzó pintando sobre las rocas de las cavernas donde habitaba, escenas con intenciones mágico-rituales, igualmente esculpió figuras antropomorfas y zoomorfas; contempló y adoró los astros, para luego personificarlos, convirtiéndolos en personajes mitológicos. Aparecieron diversas culturas, cada una con características propias, y se fueron fusionando algunas y desapareciendo otras. Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma, China, la América precolombina, para nombrar solo algunas entre tantas. Y así su pensamiento y su espíritu fue evolucionando,  lo mágico religioso se fue humanizando, y apareció el cristianismo, ya hace 2000 años mas o menos, y aun sigue vigente en nuestra cultura actual, evolucionando lentamente o rápidamente, dependiendo del punto referencial.
De ese cristianismo viene la imagen de la Virgen de la Consolación, que es María, en una de sus tantas advocaciones, cuyo origen se registra en Turín durante el siglo XIII, por eso sus características gótico-románicas. Fue traída de Europa al Táchira en el año 1561, durante la colonización. Hoy, después de 450 años, la recreo, como la imagen de culto que representa la Madre Divina, el amor sublime, la intercesora nuestra, ante el Dios Omnipotente, en una petición porque abogue por la Naturaleza, que actualmente esta amenazada por la contaminación, los cambios climáticos, la irresponsabilidad humana, la perdida de valores, y tantos otros factores.

La Virgen de la Consolación de Táriba es un tema que he trabajado en varias versiones