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martes, 20 de marzo de 2012

Recrear la imagen de la Virgen de la Consolación de Táriba, o alguna otra imagen religiosa, es, por un lado, rescatar y conservar parte de las tradiciones culturales de un pueblo, darlas a conocer, proyectarlas, así como destacar los valores y principios formativos que representan dicha imagen.
Por otra parte, conlleva el sentir religioso del artista, su misticismo, su visión de lo sacrosanto, de la “Divinidad”, que aunque no halla sido probada científicamente, se sospecha, se intuye y se vive íntimamente, como ha sucedido siempre desde que “el hombre”, la especie humana, se ha manifestado sobre la faz de la tierra desde tiempos remotos. Desde la época de las cavernas, la especie humana manifestó su creencia en algo que estaba mas allá de lo físico, en una fuerza sobrenatural, a la que dio nombres y formas distintas, dependiendo del grupo humano en cuestión, de su cultura, de su ubicación geográfica y de su ubicación en el tiempo.
Comenzó pintando sobre las rocas de las cavernas donde habitaba, escenas con intenciones mágico-rituales, igualmente esculpió figuras antropomorfas y zoomorfas; contempló y adoró los astros, para luego personificarlos, convirtiéndolos en personajes mitológicos. Aparecieron diversas culturas, cada una con características propias, y se fueron fusionando algunas y desapareciendo otras. Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma, China, la América precolombina, para nombrar solo algunas entre tantas. Y así su pensamiento y su espíritu fue evolucionando,  lo mágico religioso se fue humanizando, y apareció el cristianismo, ya hace 2000 años mas o menos, y aun sigue vigente en nuestra cultura actual, evolucionando lentamente o rápidamente, dependiendo del punto referencial.
De ese cristianismo viene la imagen de la Virgen de la Consolación, que es María, en una de sus tantas advocaciones, cuyo origen se registra en Turín durante el siglo XIII, por eso sus características gótico-románicas. Fue traída de Europa al Táchira en el año 1561, durante la colonización. Hoy, después de 450 años, la recreo, como la imagen de culto que representa la Madre Divina, el amor sublime, la intercesora nuestra, ante el Dios Omnipotente, en una petición porque abogue por la Naturaleza, que actualmente esta amenazada por la contaminación, los cambios climáticos, la irresponsabilidad humana, la perdida de valores, y tantos otros factores.

La Virgen de la Consolación de Táriba es un tema que he trabajado en varias versiones

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